Durante un lapso de dos horas aproximadamente, Ixchel y yo, presentamos nuestros textos: Laberinto y Palabras, respectivamente. Teatro Encuentro es la expresión mínima y plena del teatro. Mínima porque se trata del encuentro directo entre la actriz y el/la espectador@, sin mayor escenografía que la que ofrece el espacio elegido para la realización de este regalo. Plena porque ofrece unos mimutos de absoluta entrega de quien actúa a quien observa y escucha. No hay tiempo para la distracción de quien actúa ni para que quien observa se ponga a resguardo en el asiento cómodo que ofrece la butaca del recinto teatral. Ahí en un lugar no convencional para la actuación, se produce un pleno aquí y ahora de los dos. Un encuentro que ofrece la posibilidad de establecer una comunicación no mediada, cosa tan difícil hoy en día que nos relacionamos a apartir de imágenes y preceptos que distorsionan nuestra impresión del Otro y la de nosotros en él.
La sinceridad, la entrega y la convicción son elementos fundamentales de nuestro carácter que nos llevan a practicar esta forma de teatro. Muy afortunadamente la contraparte se devela también sincera ante la imposibilidad de esconderse tras un aplauso y sitiéndose animado a responder con su voz y sentimiento para cerrar entonces el ciclo de la comunicación: el diálogo.
P: ¿Qué frase o que parte fue la que más te llamó la atención?
R: Esa parte que dice que no todo se puede expresar con palabras...
R: Los laberintos los creamos nosotros mismos...
R: Mundodeiguales... yo pondría esa palabra...
R: Unanuevamirada...
R: Las maneras en que nos alejamos de las personas...
Estas son unas cuantas respuestas de todas las posibilidades reflexivas y personales que ofrece la experiencia. Respuestas a cuestionamientos que constantemente nos hacemos acerca de cómo nos relacionamos con las otras personas, cuestionamientos que si no nos los hacemos constantemente, al menos deberíamos de hacernoslos de vez en cuando, con la voluntad de tener relaciones más cercanas, más íntimas, en lo humano, en lo compartido del sentir. Familiares, amigos, nuevos conocidos, aparentes desconocidos, todos compartimos sentimientos fundamentales del existir humano como por ejemplo la angustia, la alegría, el desamor, la tristeza, la felicidad...
¿Cómo trascender ese laberinto que me impide llegar a ti?
Teatro Encuentro ofrece un camino, un tú y un yo frente a frente, las palabras son las mediadoras, poderosas palabras que nos levantan o nos hunden. En Teatro Encuentro nos levantan, nos llenan de vida, de ilusión y de confianza en que hay nuevos comienzos, nuevas miradas, nuevas oportunidades de ser y de sentir más sinceramente, sin pretensiones de aparentar.
Creado por Laura, Paola y Moisés del Teatro de la Escucha, T.encuentro (como me gusta abreviarlo, haciendo un juego de palabras) es una herramienta de comunicación e intervención social que se apoya en el teatro como medio de comunicación humana, presencial y directa, permitiéndonos superar las barreras del internet, los celulares, el miedo a los desconocidos, y otras tantas paredes laberínticas para salir al encuentro del Otro, en la ciudad o en una comunidad allá arriba en el cerro, como fue en Xochiojca.
Queda mucho por compartir a través de estas experiencias mínimas y plenas que no excusan esa dichosa preguntita: ¿y yo que puedo hacer frente a como están las cosas en el mundo?, y además de no excusar ofrecen algo que hacer, sentir y pensar en congruencia con esa necesidad que todos tenemos de afrontar nuestra soledad.
Seguiremos haciendo T.encuentro, compartiendo esta experiencia, sumando esfuerzos con aquellos que se contagian tras la actuación y se convencen de inmediato en practicarlo ellos mismos. Para estas personas estaremos organizando la preparación y su puesta en marcha. También en nuestra ciudad, Xalapa, estaremos saliendo a las calles en el próximo mes de mayo.
Xochiojca, patio de la Casa Grande, con una vista hermosa del valle y la montaña que nos resguarda. Un espacio abierto que permite respirar y soñar con lo que nos llegará en la vida. Son las 7.30 de la tarde, comienza el atardecer... me preparo para mi primer encuentro, pienso en Ixchel, que está en la misma situación a unos cuantos metros, quizá 100, en el espacio elegido para recrear la idea del laberinto, una pequeña casa de piedra en ruinas. Las dos con la emoción de comenzar, de compartir, con la urgencia de actuar, entendiendo todo el peso y el compromiso que actuar requiere hoy en día. Uno a uno fueron pasando los intrigados espectadores:
¿Puedo actuar para ti?...
Y comienza la función, la espectacción, la interlocución, el encuentro y la siembra de la esperanza.