Un Hombre Normal
La ciudad se vistió de colores, miles de personas transitaban por las calles de Xalapa al unísono de diversas canciones de moda. Lo anterior pareciera ser una bella estampa de una fiesta vivida en nuestra ciudad, sin embargo, no era más que el reflejo de las campañas electorales de Julio.
Durante varios meses vivimos bajo el desquiciado tráfico y el enorme bombardeo publicitario de quienes se alquilan en pro del desarrollo social. Como si hablar de estas cosas fuera algo nuevo, Serexpresión Teatro Acción puso manos a la obra con el montaje de Un Hombre Normal. Dicho texto forma parte de Metáforas de lo invisible que nos mata de Moisés Mato.
En este mini montaje vemos el ascenso emocional y político de un “presidenciable”. Es un pequeño viaje de la infancia a la adultez, donde la humildad se diluye y la ambición se apodera de un hombre, diversas emociones y actitudes se ven reflejadas a través de diversas prendas de vestir que, al final nos dejan la imagen de un candidato que podría ser de cualquier partido y que “cumple perfectamente con las expectativas de la empresa”.
Tomando en cuenta que en estos tiempos la política y los estándares de belleza corporal van de la mano, se decidió ponerle una compañera a nuestro hombre normal, esta barbie ha sido diseñada y educada para ser una excelente Primera Dama.
Cada acción, cada prenda, cada palabra, todo en absoluto ha sido planeado para llegar a la presidencia con la imagen de la pareja perfecta.
Utilizamos una mesa, un banco y el espacio acotado a un cuadrado morado (como la ropa del candidato) para que nuestros espectadores circunstanciales presenciaran esta intervención. El lugar, una pequeña explanada de la Unidad de Artes de la UV, acompañada de la luz del atardecer; aproximadamente 70 personas estuvieron en el momento de la acción, entre compañeros alumnos, maestros y uno que otro despistado.
Agradecemos a Rafael Balderas, Rodrigo González Hidalgo y Ermhy Méndez por su disposición actoral y humana hacia nuestra visión del Teatro. Y personalmente a Geraldine Lamadrid Guerrero por guiarme en esta exploración.
Ixchel Castro
