La primer frontera que marcamos entre nosotros y otra persona es la
mirada. En un planeta delimitado geográficamente por muros, vallas, retenes,
casetas y fronteras ficticias pero con consecuencias absolutamente reales, no
nos hemos escapado de hacer lo mismo con nuestras miradas.
Desde evitarlas y esquivarlas, hasta lanzarlas fijamente como
advertencia para mantener nuestra distancia.
En este juego pocas veces distinguimos quién gana y quién pierde, o qué
se gana y qué se pierde… la “comunicación” masiva, el ciber-espacio y las multitudes nos brindan la sensación de
estar siempre acompañados, pero solos a la vez.
Es en este contexto que el Teatro Encuentro encuentra su lugar, que el
texto Palabras encuentra su eco en las palabras y la mirada del otro que lo
escucha y lo siente. Éstas miradas se cruzan: el no-actor es ser humano, y el tradicional espectador es
ahora también ser humano. Somos lo
que nunca hemos dejado de ser: “Todoshumanos. Todoshumanos y todo el rato.
Desde el primer soplo de vida hasta el último.”
Así, con esta convicción, el 26 de mayo de 2012 dentro del 1er. Maratón
Internacional de Teatro Encuentro, y con la apuesta por construir puentes y
traspasar fronteras, compartí el texto Palabras en la masividad del concierto
Wirikuta Fest en el Foro Sol del Distrito Federal. Este evento tenía la
finalidad de recaudar fondos y dar difusión a la resistencia del pueblo
Wixarrika contra las concesiones mineras en su territorio sagrado natural Wirikuta.
La sorpresa fue recíproca
entre las tres personas que me permitieron compartirles este monólogo y yo, ya
que, dentro de un espacio multitudinario una de las formas que confluyeron para
crear puentes entre desconocidos fue el teatro, casi invisible, persona a
persona.
La primera intervención fue a Fernando, de unos 30 años quien expresó
haberse identificado mucho con el texto y la reflexión que versa sobre el
significado e impacto de las palabras ya que venía atravesando por dos momentos
muy duros en su vida: la muerte de su padre y la ruptura con su pareja. También
mencionó interesarle mucho este tipo de acciones artísticas que consideraba
eran necesarias y a la vez interesantes.
La segunda intervención fue casi fortuita, Leo el fotógrafo acompañante
en esta acción había encontrado a su amigo Pepe y al presentármelo y empezar a
platicarle lo que estaba haciendo le entusiasmó mucho, así que en vez de
seguirle hablando sobre la acción le pregunté si le gustaría que compartiera el
texto con él, y así lo hicimos. En esta ocasión, el diálogo se dio desde el
principio, ya que él me daba una respuesta a casi cada pregunta que se lanza al
inicio del texto. Esto fue muy agradable, cómodo y representaba además un reto,
ya que comentábamos sobre el tema y a la vez tenía que retomar el texto donde
nos habíamos quedado. Al final los dos nos sentimos muy contentos, a él le
había encantado el contenido del texto y la idea de que hubiera gente haciendo
esto, y yo había sentido el fluir entre la conversación y el texto memorizado,
adaptándolo por momentos.
Y para la última, me acerqué a Gaby, una chica que parecía esperar a
alguien, compartimos el texto aunque el sonido del concierto era ya más fuerte
y fue un poco más complicado, al final intercambiamos algunas ideas al
preguntarle ¿que tal le había parecido el contenido?, y ¿qué le había hecho
pensar o sentir?. Aunque en esta ocasión el intercambio fue más breve y menos
fluido, quizás un poco por el volumen de la música, fue también agradable.
Así, entre Palabras y
fotografías desde un celular, finalizamos esta jornada, dejándome la alegría de
que en un lugar que imaginaba sería más difícil o no tan bien recibido, resultó
ser muy cómodo y fluido, lo que da cuenta que el Teatro que busca el encuentro
entre seres humanos no requiere nada más que la existencia, disponibilidad y
voluntad de encontrar la mirada entre nosotros, los todoshumanos.
Teatro Encuentro en Wirikuta Fest
Foro Sol, D.F.
Kachas Murguera
(Brenda)
Fotografías: Leo Chartoire
Edición de fotografía: Makame Lara